domingo, 16 de enero de 2011

Una vida anegada por los pantanos

El fantasma del Pirineo está localizado: campa a sus anchas por varios pueblos de la zona. La construcción de pantanos a mediados del siglo pasado dejó una huella imborrable en el entorno pirenaico y en la memoria de todos aquellos habitantes que se vieron obligados a abandonar sus casas. Aún hoy son muchos quienes viven preocupados por las consecuencias de una política hidráulica que continúa afectando a determinadas poblaciones. Esta realidad fue la que llevó hace tres años al fotógrafo David Ozkoidi a recorrer varios lugares en busca de muestras de una vida anegada. Unas instantáneas, por cierto, parecidas a las que podría haber tomado en el día de ayer porque "desgraciadamente todo sigue igual, con la misma vigencia y actualidad", según contó a Objetivo: denuncia.

Nacido en Sangüesa/Zangoza y conocedor de primera mano del problema, David Ozkoidi afirma que "hay muchos casos en toda la península, como el del recrecimiento del pantano de Yesa aguas arriba de mi pueblo, y cada uno lleva un proceso judicial y social diferente, pero a todos los une la ambición de políticos y grandes empresas constructoras". Además, desde su propia experiencia, asegura que una de las motivaciones a la hora de realizar el reportaje fue el hecho de ver que "mucha gente en Navarra no conoce estos casos a pesar de que los tenemos muy cerca".


Como demuestra su trabajo el emplazamiento de pantanos implica en ocasiones unos fuertes costes sociales. La construcción del pantano de Yesa afectó principalmente a las localidades de Esco (arriba), Ruesta y Tiermas (abajo) y actualmente está pendiente de un plan de recrecimiento que triplique su capacidad de agua. Tiermas, la población más grande inundada, "disponía de los servicios de transporte y distribución del valle y suponía una importante fuente de ingresos gracias al hotel que se hallaba sobre las termas". Unas balsas de agua caliente que ahora a finales de agosto afloran a la superficie al bajar el nivel del pantano. En ellas las ruinas del edificio hotelero son testigos de excepción de los baños termales que toman muchos turistas. Pero si el recrecimiento llega a su fin, estas aguas quedarán, esta vez sí, sumergidas para siempre.



Asociaciones como COAGRET (Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases) luchan por que se respeten los mínimos de seguridad de unas obras que creen innecesarias y los derechos de quienes viven allí. Según David Ozkoidi, su reclamo es "que las cosas se hagan bien, sin que el dinero se imponga a la razón". Sobre todo, porque "han encargado miles de estudios independientes" y, por ejemplo, "frente al argumento de las administraciones locales de que Zaragoza tendría un gasto de agua que el recrecimiento ayudaría a cubrir, los afectados recuerdan que la capacidad de agua ya existente multiplica por veinte la necesidad de la capital aragonesa". Varias de las soluciones alternativas que proponen son la modernización de los sistemas de riego de las zonas beneficiarias, un mayor control del gasto de agua mediante contadores o la construcción de pequeños embalses aguas abajo del actual pantano.

Vecinos de Artieda, pueblo próximo al pantano de Yesa

Quizás las acciones más populares contra la construcción de una presa fueron las protagonizadas por la Coordinadora de Itoiz (a la derecha, su portavoz Patxi
Gorraiz) y, en concreto, por la asociación Solidarios con Itoiz cuando en 1996 realizó un sabotaje a las obras de construcción de la presa al cortar los cables que portaba el hormigón "justo después de que la Audiencia Nacional declarara nulo e ilegal el pantano con la condición de que la Coordinadora pagara 36.000 millones de las antiguas pesetas". Actualmente diversos grupos ecologistas y sociales continúan su oposición al pantano por los movimientos sísmicos registrados en la zona.

Otros pueblos visitados por David Ozkoidi fueron Biscarrués y Jánovas (abajo), en el valle de Sobrarbe del Alto Aragón. En la actualidad el proyecto de Biscarrués está paralizado y, de no ser así, supondría una nueva población anegada y una economía turística y de ocio deportivo sumergida. Por su parte, en 1959 los vecinos de Jánovas, localidad de origen medieval, empezaron a recibir cartas que indicaban la expropiación de sus tierras y según marchaban de sus casas, éstas eran dinamitadas. Lo mismo sucedió con el puente del pueblo, lo que unido al corte de suministros "como irónicamente, el agua corriente", provocó un progresivo abandono del lugar. Cincuenta años después el Ministerio de Medio Ambiente decretó que el proyecto no se iba a realizar.


El viaje continuó en dirección Este para terminar con la visita al pantano de Rialb (provincia de Lleida), causante de la desaparición de siete pueblos, el desplazamiento de unas 500 personas y más de 1.500 hectáreas inundadas. Un ejemplo más de cómo son discriminados los derechos de los afectados y los criterios medioambientales, etnográficos y patrimoniales a la hora de construir estas infraestructuras hidráulicas que "tampoco solucionan de manera real y efectiva el problema de la falta de agua".

La muestra completa, que ha sido expuesta en la Universidad Pública de Navarra y en el Colegio de Arquitectos de Cataluña, podéis verla online aquí. Su autor, David Ozkoidi, reconoce que se trata de "un tema bastante controvertido y muchas veces rechazado" que le hubiera gustado exponer en Madrid o en capitales del Levante "para que la gente que defiende los grandes trasvases sepa también lo que está en juego". En este sentido, considera que "lo que ocurre en otros países cuesta menos de dar a conocer en medios peninsulares que lo que ocurre aquí". A pesar de todo, convencido y comprometido con sus proyectos, no piensa abandonar la cámara de fotos ni su tarea como auxiliar y técnico de producciones audiovisuales en busca de realidades que mostrar a quien quiera verlas. Hacerlo sería dejar un espacio desierto como tantos que recorrió en su ruta por los valles de los Pirineos.

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El último trabajo de David Ozkoidi es su libro digital Photo 2001-2010 que recoge en 43 páginas una selección de fotografías sueltas realizadas a lo largo de un espacio de diez años. Podéis hojearlo aquí y descargarlo en pdf desde su página web www.davidozkoidi.net (distribuido bajo licencia Creative Commons).


Para él, la fotografía de carácter social "es una herramienta bastante efectiva para buscar la verdad de lo que ocurre en el mundo" y aunque no sabe si es la mejor para difundirla, "en todo caso es una manera de testificar y aprender". Su método de trabajo consiste en realizar de manera continua fotografías relacionadas con diferentes temas durante un largo periodo de tiempo, ya que considera que "es la única manera de hacer un reportaje en profundidad". Y en su afán por mejorar su trayectoria, su propósito permanente es viajar todo lo posible. Su libro ya es un reflejo de la diversidad de gentes y culturas que ha encontrado, por ejemplo, en las ciudades marroquíes de Essaouira y Fez, en Budapest, Bucarest, Zagreb, Bratislava o Sarajevo, entre otras. Siempre sin obviar, por supuesto, el retrato de su entorno más cercano y de las calles de Pamplona/Iruña.

2 comentarios:


  1. · Si es cierto que la política de embalses se llevó por delante todo lo que pudo, arrasó. No sé como se puede medir si el beneficio reportado compensa los desastres humanos y ecológicos. En cualquier caso, aunque compense, los damnificados debieran tener siempre un trato de privilegio.

    · Saludos

    CristalRasgado & LaMiradaAusente
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    ·

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  2. Totalmente de acuerdo ñOCO. Pero esto nunca ha ocurrido, sino todo lo contrario, las víctimas han sido siempre ninguneadas y maltratadas por las administraciones, fueran del color que fueran. Hoy en día, con la tecnología que existe hay medios muy eficaces para evitar determinadas megaconstrucciones, lo que ocurre es que no reportan cuantiosos beneficios a caciques, constructores y políticos ni empujan políticas que se puedan corregir a corto plazo. En mi opinión toda gran infraestructura condiciona el modo de vida de una sociedad de por vida y eso es lo único que persiguen. En el caso de Yesa en Navarra; agrandar las zonas de regadío al sur de Navarra-Bardenas-Monegros y asegurarse miles de votos de gentes de estas zonas que dan soporte al Gobierno ultraderechista de Unión del Pueblo Navarro y no cubrir la necesidad (inexistente) de agua de Zaragoza, datos contrastados y verificables por estudios independientes. +info: http://www.yesano.com

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